¿Quien dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón. Mercedes Sosa. Por Héctor Nuno González Cambie el nombre de Las Vegas, mi pueblo, por el suyo propio o cualquiera, es lo mismo. No hay una cifra oficial de cuántos se han ido desde el inicio de los años oscuros, pero basta una conversa informal en el estadio para hacerse una idea. ¿Y dónde está fulanito? En Argentina. ¿Y mengano? En Perú. ¿Qué es de la vida de Ramoncito? Va para tres años en España. Si bien está el clásico parásito hombre o mujer que nada aportaba y solo tarareaba a Vitico Castillo (otra vez volví a amanecer en la calle), están aquellos valiosos que mucho sumaban a una sociedad pujante en medio de la embriaguez de las vacas gordas. Se fueron maestros de probada y sobrada calidad para educar, gerentes capaces de ir al futuro y traerlo para innovar, mecánicos de aparatos y de almas, teatreros, creadores de mundos a través de la palabra y otros tantos. Para qué mentirte, amigo que estás fuera y ech...
Escribo para que la gente recuerde