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Entrevista con el difunto

Por Héctor Nuno González   En 30 años de intensa labor periodística, topé con presidentes, ministros, cancilleres, caníbales, magos, escritores, narcisos y otras especies, pero jamás el oficio me exigió tan aguda pericia como el día que me tocó entrevistar a un difunto.   Fabián de los Reyes Parreira murió una caliente mañana de marzo, en medio de una atmosfera enrarecida por su imprevista partida y la discordia familiar por tajadas de la herencia. En medio de la siesta, mi jefe procuró mi atención vía telefónica: -¿Ya supiste que murió Don Fabián?-, -Si, pobre hombre, lo único que tenía era plata-, -pues te tengo una encomienda especial que cerrará con broche dorado tu carrera-, -aja, y me imagino que al retirarme seré inmune a los achaques de la vejez-, -deja el sarcasmo para otro momento, esto es serio. De buena fuente me dijeron que el espíritu del viejo ronda por la casa, se sienta en su despacho enojado y lamentando su muerte. Ya que puedes hablar con el...

Sala 11, Un relato esperanzador

Por Hèctor Gonzàlez Capítulo I Prolegómenos y vestigios La pesadumbre inicial llegó el día que dos aviones chocaron las Torres Gemelas de New York. Al levantarse, su padre le invitó a observar en la televisión lo que ocurría, mientras una extraña debilidad transitaba su cuerpo. El 11 de septiembre de 2001 no sólo marcó un antes y un después para el mundo occidental, urdía también la vida un lance a quien se sentó desentendido a observar el incidente. De aura inquieta y vigorosa, alto y delgado con la piel acanelada, rostro fino y nariz descollante. Gozaba de un carisma difícil de igualar entre los de su generación. Su ingenio agudo infundía tal admiración y magnetismo que todos se regocijaban con su compañía. Juan Andrés España González tenía entonces 17 años y cursaba el segundo de tres periodos para ser Técnico Medio en Producción Agrícola en el liceo Alejandro Febres de Las Vegas.    En un pueblo pequeño -como el ubicado en un punto del antiguo Cami...