Chimoero a la derecha en una vieja vista del estadio de Las Vegas |
"El catcher es González", frase dilecta de las muchas que oí de su voz recia, fuerte y firme, la misma cuales ecos retumbarán para siempre en cada rincón del estadio de Las Vegas.
En contraste con su voz y carácter de Sargento, está su figura enjuta y piernas flacas, en su piel morena oscura destacan grandes ojos negros, esos infalibles en los detalles, los que veían poca melodía en un wine up, mala sincronía en un swing, poca elegancia en el fildeo o mezquina entrega en la jugada.
Recuerdo cuando entraba al estadio y saludaba: "Epa, muerto". Su mano siempre empuñaba un bate lánguido y desvencijado, llamado fongo, ideal para dar flys y rollings a sus entrenados.
Chimoero vestía sencillo en cada practica, mono de pelotero, franela deportiva y gorra medio puesta. Era la misma pinta con la que repartía la correspondencia de la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela, faena a la que dedicó muchos años de su vida.
Luis "Chimoero" Palencia era un lanzador prolijo, un curveador elegante que compitió en la entrañable liga doble A de los 70. Pero el recuerdo más bonito y valioso que Chimoero tiene para su gente, es en su rol de entrenador. Cuánto agradecimiento de varias generaciones de peloteros vegueros y cojedeños para con este personaje.
Chimoero defiende siempre a su manada cuál lobo, una noche, luego de una larga inauguración de un campeonato estadal en el estadio Alfonso Ríos de San Carlos, un raterito arrancó de mi cabeza la gorra del uniforme y se fue en carrera. Chimoero saltó de la pickup en la que estábamos con la agilidad de un acróbata, tomó la primera piedra que alcanzaron sus manos y la arrojó con fiereza al niño que corría victorioso. Fue inútil el esfuerzo, pero me quedó su actitud de padre protector.
Su consejo fue clave para el campeonato nacional que ganamos en Yaracuy en 1999, donde 5 vegueros fuimos parte del roster de la selección de Cojedes; gracias a él Enyelberth Caballero repartió leña en cualquier estadio al que fue; su palabra sabia inspiró al poeta Enrique de la Vega a escribir y cantar: "Coje la bola me decía Luis Chomoero, cuando en el campo la perdía por un error, usa la mente y la malicia que eso es bueno, si en un momento piensas llegar a campeón". Raiwinson Lameda firmó con Boston Red Sox y desde entonces, lo menciona siempre entre las personas más importantes y decisivas de su carrera.
En cuanto a mi concierne, querido amigo, ya no soy aquel receptor que hiciste capaz de llamar buenos lanzamientos del pitcher ni de fajarse tras el home con la valentía de un espartano. Pero si puedo, al menos eso creo, rendir culto con esta pieza literaria a tu inmortal aporte. Por eso, apreciado Chimoero, te dejo estas líneas capaces de trascender el tiempo y el espacio, como símbolo de agradecimiento y cariño, en el nombre de mi generación y de todas las que con esfuerzo y altruismo formaste en el béisbol.
Asi es hermano junior, luis chimoero fue un gran ejemplo para el beisbol
ResponderEliminarGran maestro .. gran entrenador y una curva que tenía que engañaba a muchos solo nos queda los buenos recuerdos del gran amigo Luis chimoero
ResponderEliminar😢😢😢😢😢😢
ResponderEliminarHombre humilde que dejo huellas imborrables pero que muchos no reconocieron en vida y cuando mas necesito QEPD a esa grandiosa gloria deportiva Luis "Chimoero " Palencia.
ResponderEliminarChimoero grande entre los grandes honor a quien honor merece
ResponderEliminarMi GRAN AMIGO y HERMANO LUIS "CHIMOERO" PALENCIA FUÉ Y SIGUE SIENDO UN BALUARTE DEL DEPORTE COJEDEÑO Y VEGUENSE. DESCANSA EN PAZ LUIS
ResponderEliminar