"Los Yankees no firman vacas", Raúl "Chingo" Ortega
Por Héctor Nuno González
Se retiró Miguel Cabrera, el más grande que ha parido la madre tierra Venezuela y con números de leyenda para el béisbol de las Grandes Ligas.
Jugó 21 temporadas, tiene apenas 40 años y una vida por delante. Recuerdo al poeta Francisco Aguiar mientras conversábamos en la sala de redacción del diario que nunca pagó las prestaciones sociales de su gente, Ciudad Cojedes: "A esa edad, los poetas apenas estamos empezando".
La obra que encumbró a Gabriel García Márquez fue publicada cuando tenía 40 años. Ya tenía rato escribiendo y buscando su lugar en la historia de la literatura hasta que "Cien años de Soledad" fue "por fin pegar el boche", como dijo uno de sus amigos.
Eduardo Galeano escribió "Memoria del Fuego" y "El libro de los abrazos" mientras rodaban sus cuarenta y pico; cuarenta y pico también tenía el profesor Tolkien mientras consolidaba la tierra media y el universo del "Señor de los Anillos".
La intensidad del día a día para un atleta del alto rendimiento es corrosiva, en el fútbol se retiran mucho más rápido. Zinedine Zidane contaba los 34 cuando, defendiendo el honor de su hermana, le dió un cabezazo a Materazzi para salir expulsado de la final del Mundial 2006.
Miggy, terminó su carrera con 511 jonrones, 3.174 imparables, 1.880 carreras impulsadas, una triple corona, dos MVP, cuatro títulos de bateo, 7 bates de plata... Estadísticas para entrar de forma unánime al salón de la fama de las Grandes Ligas.
Las muestras de cariño recibidas describen clarito el tipo de gente que es Miguel, fraterno, cercano, mamador de gallo, solidario... Un tipazo, digno embajador deportivo de Venezuela.
Recuerdo el cuento del finado Chingo Ortega, de cuándo Miguel Cabrera era prospecto y él, jefe de scouts de los Yankees en Latinoamerica. "Los Yankees no firman vacas", le dijeron luego de chequearlo y ver que no era buen corredor. Vaya si pecó de prepotente, lo que se perdieron los Yankees.
Gracias por tanto, Miggy, te esperamos en el gremio de escritores. Ya tienes dos cosas importantes: Experiencia y alegría para vivir.
Saludos Héctor, Yo conocí a Raúl "Chingo" Ortega. Amigo de la familia. Años más tarde le costaría el cargo de Scouts que tenía el Chingo (QEPD).
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