Ir al contenido principal

Al calor de la prosa: No somos el mejor país del mundo


Por Héctor Nuno González  
Imagen tomada de Slideshare

No somos el mejor país del mundo, tampoco existe tal cosa, el etnocentrismo es nocivo y deshumaniza, nos lleva a centrar energía en estupideces como la disyuntiva de si la arepa es venezolana o es colombiana. Maldita cartografía. 
La historia de la humanidad está plagada de malas experiencias gracias a que alguien se sintió superior a otro, la tragedia de la migración venezolana ha sacado a la superficie mucha miseria espiritual, tanto de la gente que nos recibe en el sur de América o cualquier otro lugar, como del migrante con ínfulas de octava maravilla del mundo. 
A diario se producen en las redes sociales, con especialistas dedicados a ello, contenidos que se encargan de centrar nuestra atención en pendejadas como comparar a las mujeres peruanas versus las venezolanas, o colombianas con venezolanas y un largo etcétera, que lo único que hace es distraernos para olvidar los asuntos que complican la existencia de quienes controlan el mundo. 
A las corporaciones que fabrican los productos de belleza no les interesa la solidaridad de las mujeres del mundo y que estén unidas por un universo más justo. Para ellos es mejor alimentar su incorformidad y tristeza, porque una fémina esclava de la superficialidad siempre querrá toneladas de maquillaje o pestañas postizas, a la industria de la cirugía plástica le conviene la infelicidad, una mujer infeliz siempre querrá ponerse implantes o sacarse costillas.
Creo que cada vez me identifico más con Borges: "Soy un cosmopolita que atraviesa fronteras porque no le gustan". Este mundo es uno solo y por todos lados alberga belleza. Hay belleza en el pueblo Yoruba, en la sierra Tarahumara. El encanto del gaucho es como el del llanero colombo-venezolano, ninguno es mejor ni peor.
Lejos estamos de la utopía de una sociedad más amable, donde se piense más en la gente que en el Dios creado por el hombre a su imagen y semejanza (mundo occidental). Lejos estamos de desprendernos de las divisiones impuestas por el poder dominante, las religiones y los gobiernos.
Pero, como dije en mi artículo anterior, no todo está perdido. Nos falta mucho trabajo en el sistema educativo, profesor que me lees preocupate mucho porque la mayoría de los estudiantes de 5to año quieren ser C.I.C.P.C. y si metes la lupa, verás que es porque eso les suena a "poder y dinero fácil". 
No somos el mejor país del mundo, tampoco el peor, y es que no existe tal cosa. Cuidado con el ego, un personaje ficticio de la Biblia, llamado Yahvéh, mató a un gentío por creerse el supremo.

Este artículo es auspiciado por Himo's Mini Mercado y Café 
Callejón Las Tejitas de San Carlos, detrás de Cosan y cerquita del Centro Comercial SA.


Comentarios

  1. Por eso me considero y me identifico como ciudadano del mundo. Como Simón Rodríguez.
    Excelente artículo. Saludos Héctor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuánta falta hace que se aplique a Simón Rodríguez en nuestra escuela. Un abrazo, profe.

      Eliminar
  2. Excelente artículo. Cuanta verdad en cada palabra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El anonimo que siempre pasa a comentar. Gracias como siempre por leer.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

AL FINAL SOMOS SOLO RECUERDOS

Por mera intuición, se encontró caminando hacia el lugar al que siempre convergía, extrañado de ver en las afueras del estadio municipal un cuantioso número de vehículos parqueados, decidió entrar de igual forma, solo deseaba tener contacto breve con el sublime espacio donde compartió muchos instantes de su vida, y que con solo pisarlo le recreaba un álbum en la memoria de grandes batallas, de alegrías y nostalgias, de sonrisas y lágrimas. Una vez cruzó la puerta principal, divisó muchas personas dispuestas alrededor del diamante, formando una especie de U en derredor de un sarcófago posado sobre un pedestal detrás del home play, en sus patas yacían coronas de flores, bates, guantes, balones, micrófonos, audífonos, cámaras fotográficas y de video, libretas de anotaciones, libros y franelas color vinotinto. Curiosamente, el vinotinto dominaba entre la multitud apostada en el lugar, otros más jóvenes vestían uniforme de pelotero con camiseta roja y letras blancas, lo mismo que la gorr...

COMO PAVO DE LA RUBIERA

-Qué pasó chamo, ¿te dejaron como pavo de la Rubiera?- Felipe, que jugaba en el solar, no entendió las palabras del tío, siempre sagaz y satírico. Esa mañana, sus padres y hermanos salieron de viaje a Margarita, al primer nacional de beisbol del menor de la familia integrada por cinco y al que él, no quiso ir, quedando al cuidado de su abuela. Sus 8 años de ingenuidad, le incitaron a acercarse a su anciano abuelo, que sin duda aclararía el asunto. Sentado en el viejo mecedor de mimbre anaranjado, y aún con restos de una estampa rubia, compacta y vigorosa, Don Faustino detuvo la apasionante crónica de boxeo del Diario Meridiano al verlo acercarse. -Abuelo, ¿Qué significa que dejen a uno como pavo de la rubiera?-, -venga mijo, yo le contaré-, con grata ternura entreabrió sus piernas y lo dejó sentarse. La noche del 1 de octubre de 1975 su abuela me dejó así. Ese día era la bonita, la tercera pelea entre Muhammad Ali y Joe Frazier, la cosa entre ellos iba 1 a 1 y el combate prometía ta...

TRAGEDIA DE VERANO

  Ilustración: María José González Eran finales de abril cuando decidió matarlo, Jesús María Nieves Tovar se estremeció ante aquella determinación pero el vecino había rebasado el límite de lo digno y tolerante. Todas las tardes prendía un candelero y la humazòn se le metía en el rancho haciendo imposible la respiración de su mujer y su hijo de tres años, a quienes tanto amaba y protegía todos los días del mundo. Semejante abuso ya era razón suficiente luego de tres tajantes advertencias hechas al fragor del sofoco y el cansancio porque la providencia no escuchaba las oraciones diarias, donde les pedía que mandara la lluvia porque aquel verano era inaguantable y podían pasar cosas por la que después no pediría perdón, así San Pedro lo mandara sin chistar al infierno. Ya hubo suficiente razón aquella mañana que tuvo que devolverse del conuco y aplazar las tareas de preparación del suelo por un extraño dolor en el pecho, ese día supo que el calor asfixiante antecedía a una desg...