Ir al contenido principal

Al calor de la prosa: Los poetas y Dios


Al hablar de Dios no solo me refiero al traído a esta tierra por los españoles y que antes le impusieron los romanos a ellos. La humanidad ha creado a su imagen y semejanza a más de cuatro mil deidades con sus respectivas religiones.
"Los ojos que han contemplado Auschwitz e Hiroshima nunca podrán contemplar a Dios", decía Ernest Hemingway. "Oye Dios, pero a que ángel le has encomendado la distribución de los bienes terrenales?, cuál es el ángel que se ocupa de distribuir en el mundo los panes y los peces? Ha hecho muy mal su tarea. Yo creo que mejor que lo destituyeras de una vez". Se cuestionaba Galeano.
En lo particular, creo que Dios para los escritores es un fenómeno cultural y puede ser colérico, sangriento, amoroso o desprendido según el lugar del mundo donde estemos y sus características. Y claro que nuestros escritos tendrán mucho de él o ella.
En la tierra donde crecí, de ideas religiosas diversas y dioses importados de otros cielos, se impone el poder católico nacido en Roma gracias al poder de los emperadores para matar a quienes no cumplían sus decretos. Creo que lo peor de las religiones es que la gente tiene como prioridad al Dios idealizado y no a su projimo. ¿Cómo una deidad tiene sed de sangre? ¿Por qué alimentamos su ego a punta de sacrificios extravagantes? ¿Por qué necesitan vernos de rodillas? ¿Por qué odian tanto a las mujeres? Para mí no hay diferencias conceptuales entre caminar descalzo 15 kilómetros para pagar una promesa que vaciarle la sangre de un animal a una figurita afro-caribeña.
Uno de mis dilectos, Jorge Luis Borges, se refería a Dios como el mejor personaje de ficción creado por la literatura. Imaginen concebir un ser ubicuo y justo, pero creador de un mundo injusto y contradictorio que disfruta castigando.
Si usted es de mente abierta este artículo será una reflexión más, también dígale a los hipersensibles que no pasen por aquí, menos a los fundamentalistas.
Mi dilecto, Gabriel García Márquez, dejó escrito en su novela más agnóstica (Del amor y otros demonios): "No hay anuncios de cometas ni eclipses, que yo sepa, ni tenemos culpas tan grandes como para que Dios se ocupe de nosotros".

Héctor Nuno González

Comentarios

Entradas populares de este blog

AL FINAL SOMOS SOLO RECUERDOS

Por mera intuición, se encontró caminando hacia el lugar al que siempre convergía, extrañado de ver en las afueras del estadio municipal un cuantioso número de vehículos parqueados, decidió entrar de igual forma, solo deseaba tener contacto breve con el sublime espacio donde compartió muchos instantes de su vida, y que con solo pisarlo le recreaba un álbum en la memoria de grandes batallas, de alegrías y nostalgias, de sonrisas y lágrimas. Una vez cruzó la puerta principal, divisó muchas personas dispuestas alrededor del diamante, formando una especie de U en derredor de un sarcófago posado sobre un pedestal detrás del home play, en sus patas yacían coronas de flores, bates, guantes, balones, micrófonos, audífonos, cámaras fotográficas y de video, libretas de anotaciones, libros y franelas color vinotinto. Curiosamente, el vinotinto dominaba entre la multitud apostada en el lugar, otros más jóvenes vestían uniforme de pelotero con camiseta roja y letras blancas, lo mismo que la gorr...

COMO PAVO DE LA RUBIERA

-Qué pasó chamo, ¿te dejaron como pavo de la Rubiera?- Felipe, que jugaba en el solar, no entendió las palabras del tío, siempre sagaz y satírico. Esa mañana, sus padres y hermanos salieron de viaje a Margarita, al primer nacional de beisbol del menor de la familia integrada por cinco y al que él, no quiso ir, quedando al cuidado de su abuela. Sus 8 años de ingenuidad, le incitaron a acercarse a su anciano abuelo, que sin duda aclararía el asunto. Sentado en el viejo mecedor de mimbre anaranjado, y aún con restos de una estampa rubia, compacta y vigorosa, Don Faustino detuvo la apasionante crónica de boxeo del Diario Meridiano al verlo acercarse. -Abuelo, ¿Qué significa que dejen a uno como pavo de la rubiera?-, -venga mijo, yo le contaré-, con grata ternura entreabrió sus piernas y lo dejó sentarse. La noche del 1 de octubre de 1975 su abuela me dejó así. Ese día era la bonita, la tercera pelea entre Muhammad Ali y Joe Frazier, la cosa entre ellos iba 1 a 1 y el combate prometía ta...

TRAGEDIA DE VERANO

  Ilustración: María José González Eran finales de abril cuando decidió matarlo, Jesús María Nieves Tovar se estremeció ante aquella determinación pero el vecino había rebasado el límite de lo digno y tolerante. Todas las tardes prendía un candelero y la humazòn se le metía en el rancho haciendo imposible la respiración de su mujer y su hijo de tres años, a quienes tanto amaba y protegía todos los días del mundo. Semejante abuso ya era razón suficiente luego de tres tajantes advertencias hechas al fragor del sofoco y el cansancio porque la providencia no escuchaba las oraciones diarias, donde les pedía que mandara la lluvia porque aquel verano era inaguantable y podían pasar cosas por la que después no pediría perdón, así San Pedro lo mandara sin chistar al infierno. Ya hubo suficiente razón aquella mañana que tuvo que devolverse del conuco y aplazar las tareas de preparación del suelo por un extraño dolor en el pecho, ese día supo que el calor asfixiante antecedía a una desg...