“Ahí
tiene la historia de Venezuela: un toro bravo, tapa ojeado y nariceado,
conducido al matadero por un burrito bellaco”. Rómulo Gallegos (frase de su novela Canaima, censurada en
1935 por el gobierno de Juan Vicente Gómez).
Por Héctor Nuno González
Como
Lorenzo Barquero, nuestra sociedad está embriagada de las pasiones más oscuras,
destinada a la soledad como realidad contraria a la solidaridad.
La
verdad que reproduzco no es la verdad absoluta, solo es mi punto de vista
derivado del camino andado, lleno de matices y contrastes agudos por donde
quiera.
Vaya
si estamos lejos de matar al centauro y con él la barbarie. Me encuentro a
Balbino Paiva a donde quiera que voy, pegado a las costillas de Doña Bárbara,
sumiso y tendiendo alfombras rojas para que pase la señora, para que se sienta
bien la señora, para que se sienta importante y poderosa la señora.
Senderos
inundados de Lorenzos Barqueros tiene Venezuela, borrachos de pobreza, vicios y
dispuestos a ser tragados por el tremedal que hizo crecer el “nuevo hacendado”,
en realidad disfraces del mismo sistema opresor. Ni esperanzas tienen de
librarse del relincho del centauro.
Abundan
en el sistema judicial los Pernaletes y sus respectivos Mujiquitas, son ellos
con sus tentáculos los que cobran a las madres desesperadas las altas sumas en
divisas para poder liberar a sus hijos, casi siempre culpables, otras veces
inocentes.
La
superstición de los Juan Primito no nos ayuda, nos hace ingenuos y presas
fáciles de los Mister Danger del mundo, quienes desean mirarnos como si fuéramos
un tigre lleno de piedras preciosas al que debe matarse para extraerlas, y
luego colgar la cabeza como trofeo en la sala.
Siento
ser pesimista, basta de cursilerías. Vivir en Venezuela se convirtió en una
pesadilla diaria. El Brujeador deambula a diario al servicio de Doña Bárbara,
mata esperanzas, mata iniciativas.
Odio
el mesianismo, no necesitamos a un Santos Luzardo, necesitamos convertirnos en
millones de Santos Luzardos, porque ahora mismo nuestro destino es el de
Lorenzo Barquero.
Así es Héctor. No es fácil. Vamos rumbo a la chingada, como dice un amigo mexicano.
ResponderEliminarCon éste panorama general nos queda , como hemos hablado, trabajar en tres planos;
A saber:
1. En nuestro interior.
2. En la educación regular
3. En lo sociopolítico
"Así fueron pasando los días, y con los días los años, pero algo parecido a la felicidad ocurrió una mañana.
Llovió con lentitud poderosa"
Jorge Luis Borges. "El Aleph"
Coordinamos y conversamos sobre esa posible lluvia en mi país, que plantea Borges.
Puede ser en unos de tus programas o en una entrevista para tu líneas de un aprendiz..
Abrazo fraterno.