“La
policía siempre es eficiente cuando se trata de los pobres”. Ali Primera.
Por Héctor Nuno González
Sean
fiables o no los resultados de la última Encuesta Nacional de Condiciones de
Vida (ENCOVI 2019-20), para mi ratifican lo que veo en los caminos a donde me
lleva el oficio. Igual las instituciones públicas hace rato que no estudian ni
publican nada.
Dice
el estudio que 41% de la población venezolana vive en la pobreza crónica, 79%
en pobreza extrema; 54% son pobres recientes, 68% tiene pobreza de consumo y
98% pobreza de ingresos.
Penetrar
en el barrio da fe de estas y otras cifras, como por ejemplo el hecho de que la
mayoría de los habitantes no consume las 2.200 calorías requeridas al día.
Dijera un personaje del escritor Rómulo Gallegos: "Yo lo que tengo es
hambre atrasada".
Uno
de los indicadores me llamó mucho la atención por su nombre: “Pobreza
multidimensional” (varios aspectos en un asunto, en este caso la pobreza). 79,3
por ciento de los venezolanos no tiene para cubrir la cesta básica que le
permita vivir dignamente. De cada 4 hogares, 1 al menos sufre “Inseguridad
Alimentaria Severa”. 21 por ciento de los menores de 5 años están en riesgo de
desnutrición y el 8 por ciento estaría desnutrido.
Múltiples
problemas en diferentes dimensiones, sin contar los efectos en la mente y sus
emociones. Viviendas en mal estado o carencia de la misma, indicadores
alarmantes en el ausentismo escolar y sus razones, amas de casa sin gas para
cocinar, familias sin acceso a agua potable, pésimo servicio de electricidad,
internet, entre otros. Muy cerca de la famosa frase que oyó Facundo Cabral en
la Sierra Tarahumara: ¿Pa que voy a tener hambre, si no tengo qué comer?
Venezuela
es el país más desigual de Latinoamérica según el coeficiente GINI, que arrojó
51%, superando incluso el 50.4% de la Colombia de contrastes. Para explicarlo
más fácil: Los que tienen mucho cada vez tienen más y los que no tienen nada,
se siguen hundiendo en el pantano de la pobreza. Lo vemos en la cotidianidad. El
ingreso promedio del venezolano sería de 0,72 dólares al día.
Las
cifras son para analizar, tomar decisiones y avanzar, de nada sirven si se
archivan en los anales de la historia sin la responsabilidad necesaria. Qué
malo ver todos esos resultados, especialmente en una sociedad cada vez más
indiferente en lo sociopolítico.
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