“Juanita la lavandera bien pudo llamarse Petra, total que
es la misma miseria de Juanita la que lava y Petra la que hace arepas”. Ali
Primera
Por Héctor Nuno González
El
escritor se hace andando y en contacto con los contrastes del camino, con las pulsiones
humanas. El escritor debe salir a veces de su zona de confort y mirar desde
otro ángulo esquivando el riesgo latente de edulcorar en demasía su prosa de
mundo, un lugar lleno de ingredientes amargos.
Salvo
contadas excepciones, los compositores llaneros expresan el lado hermoso y
bravo (prepotente a veces) de la faena del llano, pero es muy raro oír en las
canciones el origen y las razones del sinfín de carencias expresadas: Ranchitos
de palma, el andar descalzo, el fogón, los pantalones rotos y un largo etcétera.
LA DESIGUALDAD ES LA RAZÓN
Es
la desigualdad el lado oscuro de la composición llanera y muchas veces no hay
conciencia de ello. Cientos de miles de José Juan, Pedro José, María Nieves y
Jorge Fernando; cientos de miles de Juanita, Feliciana, Petra y María Ramona,
trabajaron y trabajan sin descanso para el hacendado que, amparado desde
tiempos inmemoriales por distintos gobiernos, explota sin piedad a nuestra
gente pobre, que muere flaca viendo engordar al patrón y a su familia.
“Soy
un pobre campesino, nacido y criado en el campo yo nunca pude estudiar”, se oye
bonito en la voz del “Mocho” Tirso Ávila. Y como bonito se oye, como bonito
pudo haberlo sentido el compositor, pocos se cuestionan lo que hay detrás de
esa vivencia y lo aberrante que llega a ser que todo eso nos parezca “normal”.
La
barbarie del llano ha sido excusa eterna para la explotación, sino me creen adéntrense
en los llanos de Apure, Guárico, Barinas o Cojedes y conversen con los peones
de antaño o con los nuevos, que tras 30 años o más de faenas terminarán sin
donde caerse muertos y con varios días de hambre atrasada.
¿Me
opongo a que se haga poesía y canción el ordeño, enlazar un orejano o el
desamor del peón porque no puede casarse con la hija del hacendado? Claro que
no, pero no puedo ser indiferente a la realidad verdadera tras el medio del
llanero.
Si
se molesta por lo dicho algún veguerito cantante y compositor, sepa que la cosa
no es con usted, es con el sistema causante de toda la desigualdad en nuestra
tierra y que se multiplica a diario.
Santiago
Rojas es uno de los pocos que componen contra la injusticia en el llano y no
romantizan la pobreza: “Hay un país en el mundo de la América Latina
que por falta de gobierno se está quedando en la ruina”.
Hay
tanta canción mala ocupándose de cantinas, pleitos, hombres maltratadores,
mujeres que ven al marido con la otra y no lo celan, de la que “Frinchi y la
que Frao” y otras estupideces mayores, que a veces me pregunto si los llaneros
tienen moral para criticar al reggaetón.
El poeta que se abre la vida también se opone a la injusticia y evita
echarle perfume a la mierda. Faltan varios años de trabajo y sistema educativo
real para cambiar ciertas realidades, sea la palabra combustible para una
sociedad futura a quien salve su conciencia, que no confunda desigualdad con
cultura.
Excelente!
ResponderEliminarMuchas gracias profesor.
Eliminar¡Felicidades! Pienso exactamente igual a lo que haz escrito, son cosas muy ocultas y perversas con ritmo
ResponderEliminarGracias por leer y comentar, Estefany. Debemos hacer que la parte bonita se vea más, y que la fea y degradante desaparezca. Tam,bién, trabajar porque el campo tenga mejores condiciones para todos.
EliminarExcelente, es cierto, si hay protesta en la música o una letra fuerte es porque a los latinos nos tienen mal gobernados. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarSaludos Boris, es un honor leer tu comentario. Gracias por leer el artículo.
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