Por Héctor Nuno González Mientras Teresa rezaba frente al altar de José Gregorio Hernández, suplicando un milagro para su hija, los noticieros matutinos reproducían la fastuosa noticia del aumento en la fortuna de Elon Musk. Ocupado en sus gestiones de canonización, el nuevo santo no atendió la petición y su hija murió por culpa de una mala praxis médica en un hospital de Venezuela que, como casi todos, está lleno de carencias y malas condiciones para la atención a la gente. Tras cerrar con los millones de Elon, pasaron a dar la novedosa noticia de un video viral de un oso polar que bailaba al ritmo de Oscar de León, y cómo el famoso video difundido por una cuenta anónima alcanzó los 35.789 millones de likes en Instagram, batiendo un nuevo récord de reacciones. Teresa aún estaba hincada cuando el médico de guardia le anunció la trágica noticia. A esa misma hora, murió el señor Juan por no atender a tiempo un problema en la próstata por culpa de la pobreza. No había lu...
Escribo para que la gente recuerde