Por Héctor Nuno González
El pasado domingo 05 de abril, un fenómeno atmosférico llamado "Halo solar" desataba una euforia colectiva que volvió a dejar claro, una vez más, lo supersticiosa de nuestra sociedad y cómo este particular la hace tan vulnerable a todo aquello que pretende dominarla. Por ejemplo, la religión, sus dioses y representantes chantajistas.
El presidente de la República y otro montón de usuarios en redes sociales, varios de mis contactos de WhatsApp y muchos más, atribuyeron el "arcoiris" alrededor del astro que mantiene la vida en la tierra como una "señal de dios", interpretada según los deseos del supersticioso y que reventó los relojes del ridículo en nuestra sociedad polarizada.
Hubo quienes vieron el mapa de Venezuela en las nubes, otros a la paloma como símbolo de la esperanza, otros de creencias muy orientales interpretaban el asunto como el significado de la muerte de un gobernante según un dios de muchas consonantes. Cuán vulnerables somos.
Inameh explicó: Nubes altas conformadas en su mayoría por cristales de hielo, hacen refacción solar y por eso se forma el arcoíris. El ser humano niega e irrespeta la naturaleza de la que forma parte.
En la edad media, la sociedad creía solo porque así se lo decía el poder religioso, que los reyes eran enviados de la providencia, que la sangre de un gladiador curaba la epilepsia y que había brujas que coleccionaban penes. Mucho de ello a costa de mantener el poder de la tierra a expensas de los vulnerables creyentes.
Mis ancestros, fieles creyentes en dios, murieron esperanzados en una vida mejor que nunca llegó. En pleno 2020, se sigue creyendo que las aves nocturnas son brujas; que si madrugas dios te va ayudar (esto debió ser inventado por algún terrateniente para que sus peones se pararan temprano a enriquecerlos); que si se le da ají a los gallos de pelea aumenta su bravura y otras ridiculeces.
La superstición y el poder al servicio de ella, además de los gobernantes han mantenido en el atraso a mi tierra, Las Vegas. Así, los "musius" engañaron a nuestros ancestros y le compraron sus tierras a precio de gallina flaca, en mucho por los poderes que le atribuyeron al famoso "andarín" que medía las tierras. Sociedad ignorante y supersticiosa, sociedad vulnerable.
¿Han notado la relación entre pobreza y religión? Mientras no avancemos en la secularización de nuestros espacios, la gente seguirá más preocupada por orar que por construir, esperando a un mesías hecho gobernante o al propio Jesús entre las nubes, ¿cuando es que viene?
Negar la ternura de varias tradiciones sería egoísta, pero también no meterle la lupa a su utilidad sería contribuir y eso no haré, a quedarnos por siempre en el atraso. ¿En verdad sirve para algo una palma? ¿Rezar sirve? Fui a muchos rosarios con tía Cirila a pedir por la sanación de enfermos y nunca sanaron, más bien siguieron sufriendo porque el problema es mucho más profundo. De niño no lo entendía.
Este artículo no será popular, no me interesa que lo sea, por suerte la época en que la iglesia mandaba a matar a sus fuerzas opositoras quedó en el pasado, como también ella lo estará algún día.
Perdonen los que rezan y creen, no me meto con ustedes, jurungo el sistema que oprime y empobrece.
Islandia es ejemplo de cómo una sociedad puede olvidarse de dioses coléricos para mejorar sus humanas condiciones, investiguen. Ninguno de los dioses creados por el hombre nos salvará del Coronavirus, lo harán los hombres y mujeres de la ciencia.
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