Por: Francisco Aguiar
Ilustración: Luisana Pérez
Miguel
– mientras titilaba por la fiebre – pensaba sobre lo duro que es luchar contra
un monstruo invisible. En su delirio golpeaba el aire con la intención de
vencer al virus que lo mantenía en una habitación llena de máquinas ruidosas…
golpeaba el aire frenéticamente hasta quedarse rendido.
Cuando volvía en sí miraba con
recelo a los doctores y enfermeras que, por su aspecto, parecían astronautas y
preguntaba por su mamá. A lo que le respondían: “Por tu condición no puede
estar aquí. Pero a las tres de la tarde te hará una vídeo llamada”.
En la clínica se enteró de la muerte
de muchos familiares y conocidos, así que en su mente se fijó una idea:
inventar un aparato que hiciera visible al enemigo que asolaba a sus seres
queridos para vencerlo.
Cuando lo dieron de alta Miguel se
metió en su laboratorio y al cabo de unos meses – después del obstinado ensayo
y error – inventó unos lentes que hacían visible al monstruo que casi le quita
la vida…
Al verlo se asustó, pero como estaba
protegido con elementos de bioseguridad y en su mano izquierda tenía un
atomizador con alcohol… lo roció reiteradas veces y se derritió como
mantequilla.
Así
Miguel, el niño genio que estuvo confinado en una clínica, logró vencer al ser
más espantoso que ha tenido la humanidad. Ustedes también puedes vencerlo si
utilizan el mismo producto o en su defecto: cloro. Otra cosa, si desean
conseguir los lentes que hacen visible al monstruo… Miguel los tiene a la
venta. Interesados llamar al 0426-1092851.
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